Tanto Windows XP como Vista inicializan por defecto una serie de servicios propios que corren en segundo plano y que consumen memoria y tiempo de CPU, ralentizando también el proceso de arranque y estabilización inicial del SO.
Muchos de ellos no van a a ser utilizados nunca por un usuario medio y es por esto que los podremos deshabilitar, aunque, si te asalta la duda sobre un servicio en concreto, será mejor mantenerlo e informarte adecuadamente, ya que su ausencia podría desembocar en un mal funcionamiento de todas aquellas aplicaciones que dependen de él.
Comencemos pues por acceder a la ventana desde la que gestionaremos estos servicios. Vete hasta Inicio/Ejecutar... y teclea services.msc. A continuación, solamente tendrás que echar un vistazo a la lista de servicios iniciados en el sistema y seleccionar aquel que quieras deshabilitar. Haciendo doble clic sobre él, aparecerán las Propiedades del mismo. Despliega la lista Tipo de inicio y escoge Deshabilitado.
Posteriormente aplica todos los cambios y acepta para proceder con el siguiente. Recuerda que, para obtener más información sobre cada uno de ellos, simplemente tendrás que seleccionar el que quieras y una pequeña descripción del mismo aparecerá en la parte izquierda de la pantalla. Si no es suficiente con esto, recurre a otros medios, como, por ejemplo, Internet y páginas oficiales de Microsoft.
Estos son algunos servicios que hemos seleccionado como posibles candidatos para ser deshabilitados en el sistema: Acceso a dispositivos de interfaz humana, Conexión compartida a Internet, Control parental, Enrutamiento y acceso remoto, Horario de Windows, Readyboost, Servicio de entrada de Tablet PC, Servicio de uso compartido de puertos Net.Tcp,Telefonía, Temas y Terminal Services.
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